Tras la primera experiencia piloto realizada con Lauren P. Stradmann, durante este mes de Octubre hemos venido realizando nuevas entrevistas sonoras a nuestras estrellas musicales. Concretamente hemos disfrutado de la generosidad sonora de #AriadnaCastellanos, pianista flamenca y de #RedHamani, guitarrista. Dos refinados exponentes musicales que ofrecen, desde la perspectiva de sus diferentes orillas, sensaciones parejas, estéticas cercanas, sensibilidades comunes; aquellas que todo buen artista sabe convocar a la mandos de su instrumento solista.
La idea, como hemos comentado otras veces, surgió de la necesidad didáctica de señalar precisamente esa dimensión expresiva y emocional, no siempre apreciada por el gran público, que tiene la música, la misma que como musicoterapeutas manejamos. A sabiendas de que los músicos son profesionales con unas trayectorias destacadas y que por tanto se deben a una correción interpretativa de alto nivel, decidimos proponerles los riesgos de este reto y además grabarlo.
El mero hecho de aceptar nuestro "salto al vacío" musical les confirma, una vez más, como portadores de unos grandes valores artísticos, al tiempo que de unas excelentes hechuras humanas, por saber arriesgar por el beneficio de las causas justas.
Quizá los discípulos de la afinación plena y el compás matemático podrán sacar punta y pegas a sus arreglos, pero en esta ocasión se trata de otro juego. Sus interpretaciones obedecen a una respuesta improvisada y ejecutada inmediatamente después de haberles formulado una pregunta que previamente desconocían. Con este planteamiento buscamos que sean los recuerdos, siempre aliñados por las emociones, los que definan sus ideas trazadas con su individualidad sonora.
Como antes apuntábamos, la improvisación musical para un musicoterapeuta es una herramienta sustancial de terapia. A partir de la escucha del tono vital, del pulso psicológico, del ritmo vivencial de quienes atendemos, podemos llegar a generar una comunicación mediada por la música. Planteamos un juego de preguntas y respuestas musicales guiadas precisamente por lo emocional y el amplio mundo de posibilidades simbólicas que la sonoridad de cada cual trae consigo. A veces debemso dar armonía y estrucutura a situaciones personales arítmicas, atonales, contramusicales, pero ninguna de ellas ha de servirnos de excusa para no saber traducirlas en una experiencia musical estética y terapéutica de primer grado. Así, trazamos puentes sonoros, arreglos musicales sencillos y estructuras melódicas y rítmicas con los que poder comunicarnos simbólica, emocional y artísticamente gracias a la música.
Improvisar musicalmente es seguir las huellas de una impronta sonora, por sutiles y dispersas que sean; lo terapéutico radica en convirtir eso en una oportunidad para que todos podamos SER de pleno derecho.
Agradecemos a RED HAMANI y a ARIADNA CASTELLANOS, además de su colaboración altruista y apoyo a la Fundación Musicoterapia y Salud, el haberse prestado a este juego musical creativo, por los valores didácticos y terapéuticos que para nosotros representa. Sin su participación, nuestro trabajo lo sería menos.
David Gamella